Los langures grises de la India son primates catarrinos de la familia de los Cercopithecidae, conocidos como los Vánara de Jánuman. En la mitología hinduista representan al Rey mono, fiel compañero del dios Rama, a quien asiste en la lucha contra el malvado demonio Rávana. Se caracteriza este Rey mono por su gran fuerza y carácter virtuoso. Son eruditos pero no se jactan de su saber.
Los langures de Jánuman son simios de cuerpo peludo color claro, pero que tienen la cara negra. Son de hábitos diurnos y a diferencia de sus congéneres, suelen caminar a ras del suelo buena parte del día. Viven en comunidades dirigidas por un macho adulto que suele echar del grupo a los machos más jóvenes para evitar la competencia. Frecuentemente estos jóvenes vuelven para enfrentar al macho dominante. Si logran desplazar al viejo líder, el nuevo macho alfa asesina a los vástagos de su predecesor para que las hembras entren en celo y de esta manera feroz asegurarse descendencia propagando sus genes en las próximas generaciones. Sin embargo estos enfrentamientos suelen producirse con tal frecuencia que a veces se pone en peligro la continuidad del grupo.
En los humanos (simios al fin) habitantes de estructuras civilizadas, se va desvirtuando la imagen del macho alfa violento y dominante. De hecho en nuestra cultura se ha evolucionado hacia un nuevo modelo de alfa, menos beligerante, más suspicaz y reflexivo pero en el fondo, tan amante del poder como el de los langures grises de la India. En todo grupo, por más sofisticado que sea, se establece esta lucha evolutiva que ha perdido el sentido reproductivo solo para persistir en la confrontación por el poder, un atavismo que nos empuja hacia la competencia en búsqueda del posicionamiento y los beneficios de aquellos que se anotan en la contienda. ¡He aquí el sentido de las luchas políticas entre nuestros pares! ¡De aquí la necesidad de tantas sociedades científicas!
Días atrás comentaba un fenómeno muy particular de estos tiempos, en este momento coexisten cuatro generaciones de oftalmólogos, algo inédito en la historia. Los Baby Boomers ven amenazado su predominio por las habilidades de los jóvenes X, ya que estos los están equiparando en experiencia y tienen mayor comprensión de aspectos tecnológicos. Sin embargo los Boomers no quieren perder el posicionamiento que el grupo más joven ambiciona. ¿Cómo sobrevivir en este mundo competitivo? A través de la imposición tecnológica.
Aquí aparece el Femto que beneficia en nada, poquito o mucho a nuestros pacientes, según la experiencia y perspectiva de cada profesional. ¿Debemos desembolsar un millón de dólares para hacer mejor algo que hacemos bastante bien con instrumentos que valen pocos billetes? Sin embargo, a pesar del discutible costo/beneficio, la controversia se ha instalado entre nosotros porque además de las ventajas técnicas, el Femto se ha convertido (o mejor dicho lo hemos convertido) en un mecanismo de poder que le permitirá a los Baby Boomers ampliar sus diferencias con la cohorte de jóvenes machos alfas, que le pisan los talones. En este caso estarán dispuestos a oblar el costo que eso implique. Billetera mata galán.
Esta lucha darwiniana no es buena ni mala, simplemente, es una parte (¿más cruel?) de la vida misma.
Autor: Omar López Matos
• Médico oftalmólogo
• Investigador de la historia del arte.
• Director del Instituto de la Visión.
• Director de la editorial Olmo Ediciones.
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