El sobrepeso, la obesidad es una de las lacras para la salud en el primer mundo. Tenemos sobreabundancia de alimentos, una cultura del placer y el hedonismo y comemos de más. Javier Reverte, el escritor periodista de viajes, lo describía muy bien en su libro “El Sueño de África” cuando alguien en Ruanda le dijo: “Ud. debe ser rico”. “¿Yo? Y por qué debo ser rico”, respondió, “Porque está gordo” concluyó el africano. Realmente gordo no, pero si tendría sobrepeso. Por cierto, en una Feria del Libro de Madrid le hice el mismo comentario y también se extrañó, por lo que le recordé su propia anécdota.
Como además la delgadez se considera uno de los patrones de la belleza actual, se juntan dos factores para que los obesos busquen soluciones a su problema. Uno de ellos es recurrir a la Cirugía Bariátrica que son los procedimientos quirúrgicos usados para tratar la obesidad, buscando la disminución del peso corporal y como alternativa al tratamiento con otros medios no quirúrgicos. El procedimiento más usado actualmente es el bypass gástrico. El término no incluye los procedimientos quirúrgicos para remover grasa corporal como la liposucción o la abdominoplastía.
Las técnicas son variadas pero en las grandes obesidades, las que conocemos como “mórbidas”, se busca por un lado disminuir el tamaño del estómago y por otro limitar la absorción de grasas. Aunque es una cirugía de riesgo los resultados son espectaculares y todos conocemos casos llamativos. Un ejemplo de ello fue hace años Diego Armando Maradona.
Pero claro, la absorción de grasas no es sólo para el tocino y la mantequilla. Hay numerosos nutrientes que tiene un comportamiento similar y precisan de los mecanismos de absorción intestinal de las grasas para incorporarse al organismo. Concretamente tenemos las llamadas Vitaminas Liposolubles, que son la A, la D, la E y la K. Los estudiantes de Medicina lo recuerdan por la regla nemotécnica de KEDA.
Es aquí donde entran en juego los ojos. Para que su superficie y la lágrima funcione bien es imprescindible la Vitamina A. Su falta produce una sequedad extrema de la superficie ocular que conduce a graves y molestos trastornos. Se conoce como Xeroftalmía y de hecho uno de los nombres de la Vitamina A era “la anixeroftálmica”.
Pero además las Vitaminas A y E son imprescindibles para el correcto funcionamiento de la retina y la adaptación visual a la oscuridad. Su falta produce la “Ceguera Nocturna”. Los pacientes carentes de estas vitaminas no pueden estimular las células de la retina encargadas de la visión con poca luz y quedan inválidas en esas circunstancias.
Por todo ello hay que saber que estos procedimientos pueden funcionar y mejorar la salud y el aspecto de los obesos, pero no se debe olvidar que tienen repercusión a todos los niveles del organismo.
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.