Que no se entienda esta entrada como un comentario político, aunque tal vez sea esa frase utilizada por una ministra de economía hace un par de años la que inspire un título que pretende llamar la atención sobre el espectáculo que la naturaleza nos regala a todos los ilicitanos en este final del otoño de 2011. Un disfrute para nuestros ojos.
Parecía que nuestra tardor valenciana venía especialmente seca en Elche. Ya todos nos olíamos que entrábamos en el ciclo de la “pertinaz sequía”. Afortunadamente las lluvias de Noviembre han traído mucha agua venida del cielo que nos ha regado de forma generosa los campos, tanto a los productivos como al resto, incluídos los huertos de palmeras.
Gracias a ello tenemos un espectáculo precioso en esos huertos que conforman el Palmeral de Elche, uno de nuestros dos Patrimonios de la Humanidad. El suelo tiene una capa verde, unos brotes verdes que dejan una hermosa alfombra que contrasta con el marrón grisáceo de los troncos, con los racimos anaranjados de dátiles e incluso con los distintos tonos de verde que toman las ramas y hojas de las palmeras.
Y además hay barro, señal de que los campos se han empapado y las benditas aguas subterráneas están como el Pantano de Elche, a rebosar.
Las fotos que ilustran esta entrada están tomadas en un huerto urbano que conforma una de las zonas más bonitas de la ciudad. Ubicado en la entrada de Elche por la rotonda del puente del Bimilenario, en lo que conocemos como Camino del Pantano, es un espectáculo de colores que tenemos a escasos cinco minutos del centro de la ciudad. En esta primavera del invierno que vivimos, verlo y disfrutarlo es un ejercicio de sensibilidad y de amor por nuestro entorno.
Créditos: Fotos de elaboración propia.
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.