Mis post FacoElche suelen ser muy variados. Unas veces tranquilos con un pequeño viaje aireador y otras veces cargados de incidencias: que si fractura de cadera, que si un zóster deambulando por ahí, que si una nariz que arreglar… Pero este año ha sido el peor de todos. El peor, el peor, el peor. Manolo Torres, Manolo, el «sogre» como le llamaban sus amigos de Tabarca, se ha ido dejándonos a todos con una pena inmensa. Desde la muerte de mi madre hace casi 23 años no había sufrido ni llorado tanto.
No sólo era mi suegro, el padre de Chony mi esposa. Era una mezcla de amigo, segundo padre, hermano mayor, confidente. Un referente para mí y mis hijos, Fernando y Manuel, que eran su pasión junto con sus hijas.
En su funeral tuve que decir unas palabras, una semblanza. Hablo mucho en público pero pese a estar arropado por Fernando y Manuel, fue el trago más amargo que me ha tocado beber, el momento más duro de mi trayectoria como orador. El sentimiento me llevó. Pero estoy orgulloso de ese sentimiento, de esa emoción.
Había que hacerlo por él, necesitábamos todos, su esposa, sus hijas, su hijo, sus nietos, yo mismo, que todos los que nos acompañaban en ese momento de dolor supieran como era él. De lo orgullosos que estaban del esposo, del padre, del abuelo del suegro que fue.
Os transcribo el texto-guión que medio leí, medio improvisé. Desde el corazón:
Gracias a todos por venir. Estamos aquí despidiendo a un hombre excepcional cuya bondad natural y afecto hacia los que le rodeaban se expresa en todos los que habéis venido a despedirle. Como dijera un amigo hace un años en la muerte de su padre, el numero uno se ha ído.
Y se ha ido como había deseado. De repente y sin enterarse. Siempre contaba una anécdota: decía que ahora todo el mundo se muere de una enfermedad con nombre, asistolia, parada respiratoria… pero antes todo el mundo se moría…¡”de repent”!
Se ha muerto “de repent” y sin dejarnos tiempo a compartir con él sus últimos sueños, deseos e inquietudes. Se ha muerto “de repent” y nos ha dejado con una pena inmensa, con un dolor inimaginable. Dolor que se va a prolongar ahora con la presencia de su ausencia.
Fué un hombre sencillo, nada ostentoso. Su sudario, su mejor traje con el que se va al cielo son sus vaqueros, su camisa y su jersey de Purificación García. Eso sí, Fernando, con el cuello por dentro sin que se salgan los picos de la camisa.
Como le ha definido un amigo, era un hombre triple A, excepcional, pero con una sencillez que le hacía de forma natural tratar igual al poderoso que al humilde. Incluso casi mejor al humilde con quien se igualaba y disfrutaba de esa vida. Fueron los otros suyos. Los Quitet, el buzo, Antonio, los tabarquinos…
Para terminar, Manolo, me dicen tus nietos que te diga allá donde estés…
ABUELITO, ¡ QUE VAYA TODO BIEN, QUE TENGAS MUCHA SUERTE, Y CUÍDATE MUCHÍSIMO!
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.