Jose Mari Manzanares – Foto: diarioinformacion.com
La “Vergüenza Torera” se puede entender de dos formas, la del torero que le da igual 8 que 80 y se aparta o también como la del que sabe que se la tiene que “jugar” y arriesga lo máximo para triunfar… o para cumplir.
El sábado 13 de Abril, tras concluir en Sevilla el magnífico curso de Cirugía Refractiva que organiza mi amigo Julián Cezón, tuve la suerte de estar en La Maestranza. Era una corrida esperada y deseada en la que José Mari Manzanares se enfrentaba en solitario a seis toros de diferentes ganaderías.
La Maestranza llena y la Giralda presidiendo
La verdad es que la corrida fue tediosa y aburrida. Iba a salir el sexto y último y el diestro no solo sabía que se iba de vacío sino que además se le notaba abatido por el fracaso o el no triunfo. El público al unísono le dedicó una ovación intensa y sentida de ánimo y se produjo la catarsis: apareció la “Vergüenza Torera”.
Manzanares recibiendo al toro a «porta gayola»
Se puso su montera, tomó la capa y enfiló hacia la puerta de chiqueros, donde salen los toros. Se arrodilló, extendió la capa delante, se encomendó a sus devociones y… a esperar. La vida o el triunfo, el dolor o el éxtasis.
En esa suerte extrema de recibir el toro a “porta gayola” todo puede pasar. El silencio preside el momento, la angustia no es solo la del torero, es la de todos los presentes que saben el peligro que hay ahí. Y de repente sale el toro y el matador le da el pase primoroso que repite dos veces más. El alivio, el delirio, el inicio del triunfo. Coloco el enlace a la crónica completa de la corrida publicada por el diario Información de Alicante y un vídeo personal del inicio de la faena al sexto toro de la tarde.
http://www.youtube.com/watch?v=Lcc-EK7ElWs&hd=1
Manzanares, que lo tiene todo como figura del toreo, se la jugó y triunfó. Mis respetos. Como cirujano oftalmólogo siempre he sido crítico de las figuras del toreo que solo funcionan con toros más o menos facilones. No tienen recursos para todos los toros. Es como si los cirujanos sólo operáramos los casos adecuados, las cataratas previsibles. Tienes que saber y tener recursos pues cada ojo, como cada toro, tiene su lidia.
El Dr. Soler operando en FacoElche
Pero además el cirujano ha de tener también su “Vergüenza Torera”, sobreponerse a las adversidades, asumir riesgos, salir al ruedo y triunfar. Lo de José Mari Manzanares nos servirá también de ejemplo a nosotros. No se pacta con las dificultades, se les vence.
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.
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