Tras una fría noticia no sabes muchas veces las personas que están detrás. Hoy ha fallecido en accidente de tráfico Joaquín Gómez Alonso, DUE del Hospital de Elche y durante muchos años instrumentista quirúrgico mío. Con él se ha ido su hija de 18 años, quedando gravemente heridas su esposa y la otra hija de 20. Iban camino de Almería a buscar piso para la fallecida que iba a empezar su carrera universitaria. ¡Dios qué tragedia!. Descansen en paz.
Hace algunos años, cuando tenías la desgracia de padecer algún mal por el que debías necesitar una cirugía, llegabas al hospital de Elche (imagino que en otros hospitales era parecido), y pasabas por la consulta del cirujano que te iba a operar, que te decía que, a consecuencia de la intervención, tenías un tanto por ciento probabilidades de morir, otro tanto por ciento de quedarte ciego, o cojo o impotente, otro tanto por ciento de sufrir una infección, o una amputación… y te obligaba a firmar un “consentimiento informado”, luego pasabas por la consulta del anestesista, el cual, te informaba de que, a consecuencia de la anestesia tenías un tanto por ciento de probabilidades de morir, otro tanto por ciento de probabilidades de quedarte tonto…
Finalmente, si eras atrevido y firmabas los dos consentimientos, te citaban un día a las 8 de la mañana en ayunas y recién duchado, te despojaban de tus ropas y te colocaban un pijama de papel que se trasparentaba por todas partes menos por el culo, donde ni había papel transparente ni nada, te pinchaban en el brazo, te ponían un gotero y te pasaban sin más al quirófano.
Allí, en aquellos tiempos, podías tener la suerte de encontrarte con un enfermero con cara amiga y sonriente que se acercaba a tu oído y te decía “¡Ha tenido usted suerte! ¡Le ha tocado el mejor equipo de todo el hospital!”
¡Ese eras tú Joaquín! Amable, sonriente, siempre irradiando “buen rollito”…
Me encantaba cuando coincidía contigo. Hablábamos de todo y de nada. De trabajo, de viajes, de comidas, de si el arroz y costra era de Elche o de la Vega Baja, de la familia…
Trabajabas como un mulo. Siempre carretera arriba y abajo. Torrevieja, Alicante, Alcoy…
Compartimos muchos años en la UCSI de Elche, hasta que un buen día te marchaste a Orihuela, cerquita de casa.
Supe que tuviste problemas de corazón, y no me sorprendió; ¡Cómo un corazón tan grande no iba a tener problemas de riego! Pero te hicieron “un apaño” y todo salió bien. ¡Hasta tuviste otro hijo!
Y hace apenas dos semanas, me entero que la puta carretera, esa con quien tantas horas habías compartido, se te llevó a ti y a tu hija, dejando malheridas a tu mujer y a tu otra hija, y desgarrándonos el corazón a todos los que te queremos.
Durante todos estos días, he pensado mucho sobre la vida y la muerte…
Sabes que no soy muy creyente, pero si el día que me toque, me enfrento ante un comité de ángeles expertos, que tengan que decidir si me quedo en el cielo o en el infierno…, me encantaría ver una cara amable y sonriente, que se acercara a mi oído y me dijera: ”¡Has tenido mucha suerte! ¡Te ha tocado el mejor equipo de todo el cielo!”.
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.