Dubái es uno de los siete emiratos que conforman la EAU, es decir los Emiratos Árabes Unidos. Deslumbra al mundo por sus rascacielos, sus construcciones originales en el mar y el lujo. Todos estos factores hacen que Dubái sea un destino turístico y de negocios, con grandes posibilidades laborales. Todo ello hace que cada vez muchos occidentales viajen hacia allí pensando que van a una Nueva York del Golfo Pérsico.
Las imágenes que vemos de la ciudad son espectaculares, un culto al modernismo arquitectónico y nos deleitamos viéndolas o disfrutando de recreaciones como el time lapse que acompaña a esta entrada. Lujo y vanguardia abierto al mundo entero.
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La realidad es otra. Dubái es un país árabe y como tal islamista, lo que quiere decir que los hábitos y costumbres son musulmanes, no occidentales. Esto viene a colación por una noticia que ha sorprendido a muchos y que supone un toque de atención sobre las costumbres del emirato. Es el caso de una noruega que tras denunciar a la policía que había sido violada, fue detenida, juzgada y condenada a 16 meses de cárcel por relaciones sexuales fuera del matrimonio, falso testimonio y consumo de alcohol. Una versión más seria y grave del famoso “cornudo y apaleado”.
La noticia no tiene desperdicio pues algo que podría resultar relativamente normal en occidente (fiesta, borrachera y un listo que se aprovecha de la chica ebria, con un problemón para el “listo”), aquí se vuelve al revés. Pero además había precedentes. Una australiana en 2008 pasó por lo mismo y sufrió prisión durante ocho meses.
Esta situación no es comparable a los desmanes de la juventud británica en nuestro medio. Aquí soportamos el “SalouFest”, el “Balconing” desde los hoteles, las desmadradas despedidas de solter@s, etc. En algún sitio como Lloret de Mar empiezan a imponer multas de 3.000€ para controlar en lo posible la situación. El desmadre británico es tal que todos los años hay más de 5.000 individuos de ese país que acaban en cárceles extranjeras.
Volviendo a nuestra noruega, hay un final feliz. En este caso el escándalo montado ha hecho que las autoridades de Dubái hayan “perdonado” a esa “adúltera borracha”. Pero la repercusión mediática que ha tenido este caso es un toque de atención sobre el lado oscuro de algunos sitios tan deslumbrantes por su lujo que nos hacen olvidar que no son Occidente.
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.