Siempre que acudo a un museo tengo una deformación profesional y es fijarme en los ojos de los personajes de un cuadro. Todos los ojos deben ser representados con un reflejo luminoso sobre la córnea, como un cuadradito o una mancha blanquecina. Se basa en la propiedad corneal de reflejar imágenes, lo que le otorga expresividad a la mirada, como recogen los artistas plásticos al representar el rostro. Han de estar esos reflejos en paralelo. Si no lo están indican que los ojos no están alineados, es decir que tienen algo de estrabismo, que bizquean.
Esta introducción viene a cuenta de una experiencia vivida por mí en Bilbao, ciudad que artísticamente no vive solo del Guggenheim. Su Museo de Bellas Artes es una cita obligada para los amantes del arte que la visitan. Tiene una colección que reúne más de ocho mil piezas, entre pinturas, esculturas, obras sobre papel y artes aplicadas, en un destacado conjunto patrimonial que comprende una cronología desde el siglo XII hasta la actualidad.
En estas fechas presenta una exposición antológica de Fernando Botero (Medellín, Colombia, 1932) que se titula Celebración y se podrá visitar hasta el 20 de enero de 2013 próximo. Reúne 80 obras realizadas en los últimos 60 años de un pintor que es el más conocido de los artistas latinoamericanos aún en activo de la segunda mitad del siglo XX. Esta exposición rinde homenaje a la trayectoria de un pintor, dibujante y escultor que ha sido capaz de desarrollar un estilo reconocible y propio, y que celebra una realidad profundamente vital a través de la exaltación del volumen y el color.
De todos es conocido su estilo de abstracción figurativa con cosas y personajes hinchados y grandes. Se caracteriza Botero por la exaltación del volumen y por un vitalismo burlón con el que plasma motivos que giran siempre en torno a la condición humana: la vida tradicional colombiana, los personajes históricos, el bodegón, la vida burguesa, el circo y la tauromaquia…
Esta entrada del Blog de Ojos no la dedico a la exposición de Botero (que casi también), sino al hecho de que me ha llamado la atención en varios de sus cuadros la representación de varios bizcos y otros problemas oculares, hecho artístico para mi inusual. En esta exposición estos personajes estaban englobados en una sección de 22 cuadros llamada Latinoamérica.
Estrabismos convergentes (hacia dentro), divergentes (hacia fuera), desalineados, miopes magnos con Síndrome de Down. Pienso que van más en la línea figurativa del genial pintor de deformación y exageración de las formas, sin ánimo de burla ni de recrearse en defectos físicos.
Ilustro con algunas fotos personales hechas por mi de manera furtiva con un iPhone. Estaba prohibido fotografiar por lo que las imágenes no son de calidad profesional pero sirven como documento de “los bizcos de Botero”.
Autor: Fernando Soler
• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.
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